Cordiales saludos.

El lunes 27 de mayo de 2024, el Ateneo de Madrid celebra unas relevantes elecciones a parte de su Junta de Gobierno. Escribo ahora, para personas consocias ateneístas. Pero también, y con el mismo texto, para personas quienes no lo son (pero me siguen y les interesa cuanto en el Ateneo madrileño acaece), y personas de Medios de Comunicación. (Lógicamente, agradezco toda difusión que se considere).
Adjunto como archivo PDF la información electoral de la candidatura «Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo», formada en 2010 con el filósofo Carlos París, y que tuvo la Dirección – «Convergencia»-, del Ateneo de Madrid hasta el final de mayo de 2015 (Carlos París falleció siendo Presidente en enero 2014). Son, en continuidad, las siglas electorales más longevas en toda la historia moderna del Ateneo.
A cuanto pone el PDF, quiero añadir algunas cosas. Lo voy a hacer poniendo además varios enlaces a Prensa. Porque en ellos; pulsando y viéndolos, puede corroborarse lo que digo.
Estas elecciones no son a Presidencia del Ateneo. Es la «tanda de Vicepresidencia 1a». Pero, al relieve el cual tiene en sí, se añade este año, que salen a elección seis puestos, no cinco (es decir: una mayoría de la Junta de Gobierno, que son once cargos votados en años alternos). Sucede así, debido a la dimisión de quien detentaba el puesto denominado «Socio Bibliotecario», Pedro López Arriba, bien que sea para candidatarse a la Secretaría 3a (que yo gané por primera vez en mayo de 2008, por cierto). Así, «Socio Bibliotecario», aunque fuese elegido el año pasado, sale a elección «también» este año. Seis puestos, entonces.
La candidata a la Vicepresidencia 1a por el «Grupo 1820» -que, liderado por el sociólogo y politólogo Luis Arroyo, tiene el Gobierno del Ateneo de Madrid desde junio de 2021-, vuelve a ser Marta Sanz Justel, actual Vicepresidenta 1a. (Nota: no confundir con la conocida escritora. Lo digo con todo respeto para Sanz Justel. La he tratado poco, pero siempre cordial. Con la escritora Marta Sanz Pastor, tengo por otra parte, camaradería). Aquí puede verse sobre Marta Sanz Justel publicado en «El Mundo»
El candidato a la Vicepresidencia 1a por la candidatura denominada «En Defensa del Ateneo», es Francisco José Alonso Rodríguez. Aquí puede saberse sobre él publicado en «El Toro TV». El candidato a la Vicepresidencia 1a por «Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo», es quien ahora escribe. Aquí puede verse sobre mí publicado en «Diario 16+«
El «Grupo 1820» y «Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo», como siglas electorales, vuelven a competir en las urnas de Gobierno del Ateneo, como ininterrumpidamente desde 2021, cuando se formó el «Grupo 1820» (en los años 2021 y 2022, «Convergencia» concurrió en alianza con otras siglas, aunque siempre con las suyas en la papeleta. En 2023, como ahora, volvió a concurrir con sus solas siglas).
Las siglas «En Defensa del Ateneo», electoralmente, son nuevas. No así sus personas (dicho sea con respeto). Algunas de ellas -como el propio Francisco José Alonso-, ya concurrieron el año pasado con la siglas «Por un Ateneo Libre e Independiente», encabezadas entonces por María Teresa Pedraza Guzmán de Lázaro. Puede verse aquí:
Y otras personas de esa lista de ahora, se presentaron con las siglas -ya también desaparecidas-, «Red Ateneísta», del ex-Presidente (junio de 2019-mayo de 2021) de la Junta de Gobierno del Ateneo de Madrid, Juan Armindo Hernández Montero, el inmediato antecesor de Luis Arroyo en el puesto (atención). Pero Arroyo le sacó más del triple de votos en mayo de 2021. La característica común a esas otras candidaturas la cuales se presentan compitiendo con «Grupo 1820» y «Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo», es que, pese a ir cambiando de siglas y de algunas personas, tienen vínculo, y por tanto, representan (en su derecho), al ex-Presidente J. Armindo, aunque él no esté en ellas (se entiende, tras la paliza electoral que le propinó L. Arroyo). Yo no digo esto gratuitamente, lo digo con pruebas documentales. Por ejemplo, quien encabeza la candidatura «En Defensa del Ateneo», el ya referido Fco. José Alonso, habla en términos positivos del ex-Presidente J. Armindo en este artículo.
Y otro integrante de la candidatura, Ernesto Ríos López, lo hace aún más claramente; grandes elogios (está en su pleno derecho, conste) en este otro artículo. Por consiguiente, -a las pruebas me remito-, esa candidatura de nombre «En Defensa del Ateneo» es, en esencia y aunque él parezca no dar la cara, la candidatura del ex-Presidente (junio de 2019-mayo de 2021), Juan Armindo Hernández Montero. ¿Y tiene eso importancia; que la candidatura la cual se denomina ahora «En Defensa del Ateneo», sea la candidatura «de J. Armindo»? Pues sí la tiene.
En primer lugar, porque Armindo, en cifras de voto, ha sido «el peor» Presidente de toda la historia moderna del Ateneo (puede que de la antigua también…). Recordemos que en mayo de 2021, tuvo ochenta votos. Nadie recuerda una Presidencia optando a la reelección (tradicionalmente, en el Ateneo de Madrid, las Presidencias renuevan) con tan bajo nivel de voto. Y sobre todo, siendo triplicada (repito) por quien ganó. Esto puede verse aquí.
En segundo lugar, está el acontecimiento fascista (300 personas en la hoy Cátedra Mayor del Ateneo de Madrid), que autorizó siendo Presidente. Hay tanto publicado sobre esto… pero hoy propongo ver este enlace, por favor:
En tercer lugar y donde yo quiero poner ahora el foco sobre J. Armindo como (breve) Presidente de la Junta de Gobierno del Ateneo de Madrid, es en lo que decía, públicamente, cuando tenía dicho cargo, sobre el Reglamento histórico del Ateneo. Merece la pena recordarse. Aquí.
Mucha atención, lo ruego, pues estamos llegando al nódulo. Subrayo de esa entrevista a J. Armindo, literal de «elDiario.es», 2 de noviembre de 2020:
«El endiablado sistema para elegir a los dirigentes del Ateneo aparece como un gran escollo. Así las cosas la junta directiva ha de renovar cada año a la mitad de sus 11 miembros a través de listas abiertas en un proceso que favorece la proliferación de capillitas, amiguismo y sectarismo que ha marcado los últimos años de la vida del Ateneo. Hernández subraya que este reglamento, en apariencia más democrático, impide la planificación a medio y largo plazo»
Compárese ahora, por favor, compárese, con las siguientes declaraciones de L. Arroyo, precisamente en el mismo medio, seis meses después, y cuando le quedaban apenas tres días para ser Presidente de la Junta de Gobierno del Ateneo triplicando en voto a J. Armindo. Ver aquí, lo ruego:
Mucha atención, por favor. Subrayo de esa entrevista a Luis Arroyo en «elDiario.es», 27 de mayo de 2021: «Un reglamento endemoniado, nada apropiado para nuestro tiempo. Se nombra a la mitad del Gobierno por año y eso genera una inestabilidad brutal. Si me traiciona el vocal, he perdido la mayoría. Eso ha ido creando unas dinámicas de pandillas que no se puede imaginar»
Y digo yo, Miguel Pastrana, ahora: ¿hace falta más claro, atento lectora, atenta lectora? Repito: ¿hace falta más claro, consocio, consocia, ateneísta? Véase, por favor, véase… ¿No son casi exactamente las mismas palabras -y es, desde luego, el mismo concepto-, en Juan Armindo y Luis Arroyo? Léase, por favor, léase. No hay peor ciego que quien no quiere ver… Y por eso digo -bien claro-, que quien vote el lunes 27 de mayo, naturalmente en su derecho, a la candidatura llamada «En Defensa del Ateneo» -que ya he demostrado aquí documentalmente, es la candidatura «continuadora» y aún «admiradora» del ex-Presidente Juan Armindo-, estará tirando su voto, malgastándolo y perdiéndolo, en el sentido de que el Reglamento histórico del Ateneo no sea cambiado en términos anti- sociales, corporativos.
Lo digo más claro aún: esa candidatura -no en vano, 3a candidatura (atención)- resulta, en términos conceptuales, una «engañifa», una distracción, y para favorecer al cabo a la parte más neoliberal y de reconversión corporativa del Ateneo de Madrid, vía cambiar su Reglamento histórico por algo muy distinto; antitético. ¿Quién no quiere verlo? Repito: ¿quién? He puesto aquí lo que dice públicamente la candidatura llamada «En Defensa del Ateneo» del ex-Presidente J. Armindo. He puesto aquí lo que decía públicamente J. Armindo del Reglamento histórico del Ateneo de Madrid cuando fue, por dos años, Presidente. He puesto aquí lo que decía públicamente L. Arroyo, actual Presidente, sobre el Reglamento histórico del Ateneo de Madrid. ¿Qué más falta hace para que quienes absolutamente ciegos, y ciegas, por voluntad, vean ya de una vez, vean? Si no lo hacen ya, será luego tarde. Y luego hay, esas eternas voces insidiosas cuchicheantes por los pasillos, las cuales no tienen vergüenza en decir que «Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo» -¡nacida en 2010!-, somos la «marca blanca» (sic) de Luis Arroyo. Hace falta mucha desfachatez, mucha, para ir diciendo eso. «En la época de la mentira», ya lo escribió Carlos París, ya lo escribió…
Una cosa sí es cierta: Luis Arroyo y yo nos tenemos importante respeto. Hay una razón: que somos lo que parecemos, y representamos cuanto decimos representar. Y esto, naturalmente, vale igual para «Grupo 1820» y para «Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo». Otros «actores» de la política interna del Ateneo, ni son lo que parecen, ni representan lo que dicen representar (¡atención!).
Hoy afirmo, en plenitud de facultades, que si el Reglamento histórico del Ateneo de Madrid no ha podido ser cambiado en términos, -a mi entender y el entender de muchas más personas-, menos sociales, ha sido porque existe, y con votos, y con energía, «Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo». Esto se sabe. Dentro y fuera del Ateneo de Madrid. Pero por eso mismo, es importante, y es decisivo, cada voto el cual recibe, en cada elección, «Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo». No porque vayamos a ser, o no, elegidos o elegidas. Eso, ahora, es lo de menos.
Importa, lo que signifiquemos, cuanto representemos. Ello, si lo que se quiere es mantener el espíritu del Ateneo español (primer nombre del Ateneo madrileño), que se constituyó -precisamente…-, en el año 1820. Y donde ya entonces -como ahora- se votaba a puestos directivos (Junta de Gobierno y Secciones), cada año. Ya desde entonces… desde 1820. ¿Me escucha, por favor, «1820»?
Quiero abreviar (no me ha sido fácil escribir estas líneas; tenía y tengo mucho material documental; tanto lo cual podría decir, exponer, explicar…). Pero a varias cosas más he de hacer referencia y también con documentos públicos. Por favor, atención:
«Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo», como segunda fuerza electoral ateneísta (primera entre 2010 y fin de mayo de 2015), y más antigua, ha sido la fuerza decisiva para que la sustitución del Reglamento del Ateneo de Madrid, haya resultado derrotada en las urnas. Esto lo han reconocido los diferentes Medios informativos. Por ejemplo, aquí, en «El Independiente».
Llamativamente, «Convergencia» es la fuerza socio-electoral que, en el Ateneo de Madrid, está intentando poner sensatez, cordura, razón…, donde hay tanta «sobreactuación» demasiadas veces equivoca (atención). Que la «crispación» viene de otras partes (para precisar, de la «3a candidatura», aunque vaya cambiando de nombre), y no de «Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo», da cumplida fe, también con nombres y apellidos, esta información en «ABC»
(Muy importante, por favor). Lo decimos y lo repetiremos cuantas veces haga falta: la Dirección del Ateneo de Madrid por «Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo», comenzó oficialmente en 2010 – en la práctica, otoño de 2009-, y finalizó el último día de mayo de 2015. Hemos tenido y tenemos puestos de relieve después, sí. Pero siempre con una fuerza mayor a la contra, a la contra. Pongo aquí un documento público tan poco conocido, como revelador. Especial atención, por favor. Es de Radio «La Barandilla», medio al cual estaban y están vinculadas algunas personas del Ateneo madrileño (respetablemente). En esta información publicada en 2016 por parte de personas partidarias de Pedro J. Ramírez para la Junta de Gobierno del Ateneo, se admite abiertamente, se dice, cómo el objeto era «todos «contra» Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo». Se dice, léase, por favor. Y en efecto, Pedro J. Ramírez fue Vicepresidente del Ateneo (2016-2018) con César Navarro. Y luego, «para mejorarlo» (sic), vino Juan Armindo. Que se recuerde esto, por favor, cuando el «Grupo 1820» hable de la «decadencia» del Ateneo de Madrid, que se recuerde… cómo la decadencia no fue «con» la Convergencia, sino precisamente, «contra» la Convergencia. Aquí lo pruebo documentalmente, aquí:
Y demostrado esto, por favor, no haya miedo a reconocer que el período de Gobierno de «Convergencia» del Ateneo de Madrid, no siendo impecable, no siendo perfecto, y teniendo legítima oposición (entre ellas, personas quienes ahora apoyan a «Convergencia» y yo de verdad me alegro), fue un período -mejor visto ahora además con perspectiva-, en verdad notable. Y tanto más notable (especial atención, por favor…), por
cuanto coincidió con una terrible, pavorosa, crisis económica mundial. Recuerden quienes tengan edad, por favor… hicimos mucho (incluye las subvenciones para la rehabilitación del edificio, aunque otros Gobiernos del Ateneo luego fuesen quienes las ejecutaran con sus criterios estilísticos, no siempre buenos. Por ejemplo, desaparecieron las vitrinas de anuncios sociales; desaparecieron….). Pero quiero señalar… ¿cuánto más no podríamos haber hecho en una circunstancia mundial, no digo «buena», sino simplemente «normal», en vez de la mayor crisis del Capitalismo desde 1929? Pero yo no soy de lamentos ni «quejíos». Nunca lo he sido. Es el tiempo que nos tocó, como ahora nos toca este. Y lo afrontamos con igual resolución. Sin desesperar.
Señalo ahora estas palabras, no mías, sino de mi -cierto-, rival ateneísta, y sin embargo (también verdad), amigo, Luis Arroyo, en su ya citada entrevista en «elDiario.es», 27 de mayo de 2021. Dice: «El último momento un poco notable fue con Carlos París» Palabra de Luis Arroyo.
Pues sí; el período 2010-final de mayo de 2015, que fue con Carlos París y con «Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo», fue «un poco» -tal vez incluso, «un mucho»-, notable. Remito al PDF. Y también invito, por favor, a leer esta reseña en el diario «Público» de junio de 2011, cuando se estrenó un muy buen documental sobre la Historia del Ateneo de Madrid y, a su través, la Historia de España- Dice la reseña: «El Ateneo, presidido hoy por Carlos París, mantiene viva su actividad. Como ejemplo de su influencia social, celebró en abril…» Léase, por favor, léase.
Otro ejemplo -y este es otro de esos documentos públicos sobre el Ateneo poco conocidos, pero curiosos como mínimo…-, la siguiente entrevista en audio (con algunas imágenes de acompañamiento) la cual me hizo la revista digital «Alenarte» en abril de 2011:
En el tramo escrito, se dice desde la propia revista de arte, puede verse: «En los últimos años se aprecia un resurgimiento de la actividad ateneísta» (Nota: de eso se habla en el audio. Y también -atención-, podrá oírse fehacientemente cómo yo, quien estaba entonces en una posición de Dirección «alta» -todos los actos del Ateneo de Madrid pasaban por mi mesa de trabajo-, defiendo la plena vigencia del Reglamento histórico. Con todas las letras lo digo, puede escucharse…). Eso me diferencia, y diferencia a «Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo», de otras personas ateneístas, quienes cambian «radicalmente» (sic) su posición respecto al Reglamento histórico, según estén, o no, en algún puesto directivo (ya sea de Junta de Gobierno o de Secciones temáticas). Cuando están «en sillón», suelen hablar mal del Reglamento. Cuando no están, se convierten «súbitamente» en las más «reglamentistas» del mundo. Hasta el absurdo. Hasta el bizantinismo. Hasta el filibusterismo…
¿Es tan difícil de entender esto, por favor? Que ese tipo de pretendida «oposición» absurda, bizantina… no ayuda en nada al Reglamento histórico de la asociación Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid, y sí lo perjudica -y gravemente-, dando «munición» (sí: «munición») a quienes, ya sea de manera abierta -que eso yo lo respeto-, o subrepticia (lo cual ya no puedo respetar), quieren quitar -sí: «quitar»-, ese Reglamento histórico del Ateneo, para poner otra cosa más que diferente: «antitética». Y es ahí donde se ubica -como sus predecesoras de cambiantes nombres-, esa candidatura ahora llamada «En Defensa del Ateneo». Esto no quiere decir que todas sus personas lo sepan. Quiere decir, que quienes «promueven» esas candidaturas, sí lo saben, y lo saben bien (atención).
Hablo, escribo… siempre, para personas inteligentes, sea cual sea su clase social. Yo soy un obrero especializado, como más de una vez he escrito. Así pues -lo digo una vez más…-, votar a la candidatura «En Defensa del Ateneo», no es votar a favor del Reglamento histórico (y vigente), aunque haya quien lo crea. Ya he demostrado los vínculos de dicha candidatura con el ex-Presidente J. Armindo, y he demostrado lo que opinaba éste del Reglamento del Ateneo. Ya lo he demostrado; aquí, ahora. Luego, vote cada cual lo que guste (naturalmente). Pero nada de «quejarse» luego, nada. Conmigo, lo lamento, eso no funciona.
El siguiente enlace a Medio informativo («Crónica Popular»; ya desapareció, pero el texto -citando fuente-, se reprodujo en la Web de la asociación UCR), es de junio de 2012. Seguía siendo yo cargo electo con importantes responsabilidades (la Dirección de Actos) en la Junta de Gobierno del Ateneo. En ese texto se explica, por el periodista quien lo escribió, mi vinculación con el Reglamento histórico (y aún vigente) del Ateneo de Madrid
Bien: pues servidor, quien comencé toda mi actividad en la política interna del Ateneo, precisamente, justamente…, para preservar ese Reglamento histórico (y aún vigente), le he ofrecido -sí: «ofrecido»-, al «Grupo 1820» y a Luis Arroyo, examinar algunos posibles cambios -limitados; muy concretos-, en ese Reglamento, si ello sirve para evitar un «3er intento» por su parte, que es cuanto creo se está fraguando. Yo he ofrecido eso en mi intervención, no en cualquier acto público, sino en el que la Agrupación Ateneísta «Juan Negrín» recordó los diez años de la muerte del fundador de «Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo», Presidente Carlos París, recordando también la vigencia de sus ideas, de su gran filosofía. Y esa intervención mía (enero de 2024), se reprodujo escrita poco después en «Diario 16+». Puede verse aquí, por favor (la parte de propuesta está hacia el final):
¿Me he vuelto yo «loco»? ¿»Enmiendo» toda mi propia trayectoria ateneísta? No. Trato de evitar un nuevo pulso «a vida o muerte» del Reglamento histórico y aún vigente del Ateneo de Madrid. Si se plantea ese «pulso», sé que Luis Arroyo volverá a perderlo, como ya lo ha perdido por dos veces. Pero todos saldremos debilitados; exhaustos.
Yo sé perfectamente en cuáles cosas, algunas, puede introducirse alguna mejora en el Reglamento del Ateneo, sin desvirtuarlo. Siempre lo he sabido. Eso es lo que se ha hecho en su Historia. No lo que el «Grupo 1820» ha pretendido por dos veces, fracasando, que ha sido, no una «reforma» (aunque lo llamase «reforma»), sino una sustitución por algo muy distinto y -repito-, «antitético».
Cuanto yo he ofrecido y ofrezco es algo -ya lo dije-, muy diferente. Pero que podría servirle, sí, a la parte «progresista» del «Grupo 1820». No a la «neoliberal».
Por ello -eso también lo dije, y lo mantengo-, vinculo el iniciar el estudio de esos posibles algunos cambios, a un «Pacto Completo» para la estabilidad del Ateneo de Madrid, el cual prescinda de los intereses neoliberales (en el «Grupo 1820» lo hay en una parte. En «Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo», en ninguna).
La propuesta, como me figuraba, no ha sido tenida en cuenta, y vamos una vez más «frente a frente» a las urnas, «Grupo 1820» y «Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo». No pasa nada. Soy un poco más joven (en edad, no en experiencia ateneísta…), que mi amigo-rival Luis. Pero tomen nota, por favor
-tomen nota…-, todas las personas de buena voluntad quienes, con ella, han querido y quieren «acercar posturas» en cuanto respecta al rumbo del Ateneo. Yo sí he puesto una iniciativa pública en tal sentido. Yo, sí. Y conmigo, naturalmente, «Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo».
¿Cuánto estará dicho ofrecimiento «sobre la mesa»? En su momento – y fue hace ya varios meses-, escribí que «un tiempo razonable, pero limitado». Sí; lo dije. Pero he reflexionado sobre ello en estas últimas semanas y ahora modifico (para que luego digan que soy «inflexible». Nunca lo he sido. Sí intento ser coherente; «evolucionar», pero no «traicionar»)
La propuesta de «Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo» al «Grupo 1820», estará -seguirá-
, sobre la mesa, por tiempo ilimitado. Repito: «ilimitado».
Y quiero explicar esto, para que todos, por favor, lo entiendan, gusten o no:
El ofrecimiento estará sobre la mesa hasta que el «Grupo 1820» se divida y colapse. Lo cual es sociológicamente seguro, inexorable. Luis (sociólogo y politólogo al fin y al cabo), lo sabe. Yo también lo sé. Y otras personas, no todas buenas, lo saben igualmente.
Tendrá entonces que elegir, ese Grupo, entre cuanto representa «Convergencia para la Estabilidad Democrática» o… cuanto representa «lo otro».
Sí: «lo otro».
Tengo por muy seguro que las personas -oportunistas-, uncidas al «carro ganador» -ahora y por ahora-, del «Grupo 1820», cuando llegué ese momento (que llegará), elegirán «lo otro». Porque ya lo hicieron en el pasado. Quiero decir, entre 2016 y 2021 (cuanto ya he señalado en mi breve repaso histórico ateneísta). Pero yo no hablo para esas personas. Hoy, no. Ya, nunca.
Hablo, ahora, para la personas del «Grupo 1820» real; el «de verdad».
La propuesta de «Convergencia» -que por supuesto, nunca desaparecerá como siglas electorales del Ateneo de Madrid, por algo son las más antiguas, ya he dicho…-, sigue en pie, con los parámetros ya expuestos
públicamente, y por tiempo ilimitado hasta cuando llegue el momento en que el «Grupo 1820» deba elegir entre su alma «progresista» -que la tiene-, y la «neoliberal» (que también).
Termino, por supuesto, pidiendo el voto:
A las personas de «Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo», porque fuimos, somos y seremos.
A las personas «conservadoras» en términos ideológicos, pero quienes creen en la organización histórica del Ateneo de Madrid. Porque, aunque nosotros/as somos «rojos» y «rojas» -nunca lo hemos ocultado…-, siempre hemos defendido (siempre), la democracia clásica del Ateneo. Ya lo he demostrado documentalmente en este escrito.
A las personas del «Grupo 1820» -el cual va a ganar, seguro, estas Elecciones; sigue teniendo ahora (y por ahora) muchos más recursos-; a las personas, digo, del «Grupo 1820» que consideren lo que está ofreciendo – sigue ofreciendo-, «Convergencia» (que es sensato, es razonable, y es justo); a esas personas, para cuando llegue el momento (que llegará) de elegir entre «Convergencia» y «lo otro», les pido el voto ahora.
«Ahora». Es ahora el momento, créanme. No se preocupen; el «Grupo 1820» va a ganar, ahora, aunque no le pongan esos votos. Es en «Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo» donde más importa ese voto, ahora. Porque es el futuro cuanto más debe preocuparnos, ahora. Para ello, mi mano sigue tendida. Y como procuro hacer siempre las cosas: con fe. Gracias por la atención.
Miguel Pastrana de Almeida Socio ateneísta Nº 29.426
Cinco veces (2008-2010-2012-2014-2016) elegido para una de las Secretarías de la Junta de Gobierno del Ateneo de Madrid
Categorías:Análisis, Elecciones 2024 Junta, Miguel Pastrana


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